“Big Chicas Don’t Cry” ofrece una narración profundamente personal sobre cuatro primas mexicana-americanas durante un año lleno de acontecimientos, con todos sus altibajos. La autora Annette Chavez Macias — quien también escribe novelas de romance bajo el seudónimo de Sabrina Sol — ha escrito y publicado una variedad de libros, todos incorporando de alguna manera su propia herencia mexicana-americana.
En “Big Chicas Don’t Cry”, cada capítulo cambia las perspectivas entre cada de las cuatros primas, por lo que tenemos una mirada en primera persona a cada uno de sus personajes. Mari es una esposa que se queda en casa para su marido rico y guapo, Gracie es una profesora de escuela Católica y aún vive con sus padres, Selena es subdirectora de cuentas en una empresa de relaciones públicas y Erica es escritora del periódico local.
El libro, que tiene lugar en un suburbio ficticio de Los Ángeles, cuenta la historia de las cuatro chicas, que comenzaron como mejores amigas y prometieron no separarse nunca. 15 años más tarde, Mari se ha distanciado de las otras tres y la resienten por eso, pero ninguna de las dos sabe toda la historia. Se necesita una tragedia para que las chicas se reúnan de nuevo y se den cuenta de que lo único cierto en la vida es la familia.
Aunque cambia con frecuencia la perspectiva de un capítulo a otro, como lector es muy fácil permanecer inmerso en el libro. Debido a que son una familia tan unida, la perspectiva de cada prima se entrelaza con la de las demás, lo que hace que el libro sea fácil de seguir.
La perspectiva de Selena fue la más intrigante para mí; en sus capítulos destacan las microagresiones muy reales que enfrentan las mujeres mexicoamericanas en el lugar de trabajo. Cuando la contrataron, sus jefes le dijeron que la pusieran al equipo, “porque la empresa quería atraer más clientes latinos”. En las reuniones no toman en cuenta las grandes habilidades de relaciones públicas de Selena, y en su lugar le hacen preguntas absurdas sobre la comunidad latinoamericano.
Cuando se quejó de la discriminación que enfrentó en la oficina con su prima, Erica ofreció un consejo, diciendo: “Quieren que seas la experta en todos tipos de latinos, desde cubanos hasta puertorriqueños y mexicanos. Como toda latinidad en el mundo se puede limitar a un idioma y una cultura”. Macias describió el sentimiento de Selena — un sentido compartido entre muchos latinos que viven en los Estados Unidos — con una palabra: “whitina”. Selena se sentía demasiado blanca para su familia y demasiado latina para el mundo exterior; ella estaba atrapada en un término medio.
El libro está escrito principalmente en inglés, sin embargo, la entrada de “spanglish” ayudó a sumergir al lector en la vida de una familia mexicano-estadounidense. Macias también incorpora muchas tradiciones y normas diferentes que le dan al lector más información sobre el estilo de vida de la familia.
A pesar del énfasis en la cultura mexicana, hubo mucho drama y romance para que la trama siguiera adelante. Desde rupturas que provocan lágrimas y escenas apasionadas de besos hasta peleas llenas de ira y disculpas sinceras, Macias mantiene a los lectores alerta constantemente.
Para los lectores que no saben mucho sobre la cultura mexicano-americano, este libro es una introducción entretenida, y para los lectores que sí saben, es una excelente lectura reconfortante.
srocha@theeagleonline.com