From the Newsstands: This story appeared in The Eagle's December 2024 print edition. You can find the digital version here.
El 2 de octubre, el festival de cine latinoamericano mostró a la selección Colombiana para los Premios Óscar, “La Suprema”, una película que tiene en el año 2001 por Felipe Holcrito por Felipe y Andy Sierra. trata sobre que espera electricidad pueblito para puedan ver un combate de boxeo uno de los luchadores es alguien de su pueblo. Clasificada como un drama deportivo, los personajes de la película enfrentan dificultades asociadas con vivir en un pueblo desconocido y olvidado y también con ser afrocolombianos, un grupo minoritario de Colombia, que ha enfrentado problemas particulares como la desigualdad, la discriminación y el sentido de ser abandonado por su gobierno.
Ocho días después, en la noche de clausura del festival, se estrenó “Pimpinero: Sangre y Gasolina”. Esta película colombiana comienza con Juan Estrada (interpretado por Alejandro Speitzer), sus hermanos y novia Diana (interpretada por Laura Osma). Todos trabajan como ‘pimpineros’, contrabandistas de gasolina en la frontera entre Colombia y Venezuela, una región perjudicada por crisis económica. Juan descubre el lado más oscuro de este negocio cuando se ve forzado a trabajar con una nueva organización criminal y asumir las consecuencias.
Seguimos a Diana en su trayecto para descubrir la verdad sobre Juan y lo que realmente sucede en el mundo de los pimpineros. Ella convierte la película en una de suspenso y venganza, con suficiente suspenso y peligro para aumentar el ritmo cardíaco. Según Roberto Lopez, quien asistió a la noche de clausura, “esta película es cruel, como lo ve, pero es la verdad”. La película demuestra las vidas, historias y sobrevivencia de personas que normalmente no se representan en la pantalla grande.
Festivales como este son importantes para que el público tenga la oportunidad de ver algo más real que los exitos de taquilla normalmente promocionados en cines. La realidad de las personas viviendo en la frontera de Colombia y Venezuela merece ser reconocida.
Una programadora de películas que primero asistió a este festival hace once años, Nicole Góes, dice que “muchas veces Hollywood nos representa como personajes secundarios, a los latinos– siento que es importante vernos al frente y siendo protagonistas en nuestras propias historias”. Ella resalta lo importante y especial de este festival que ofrece la oportunidad para que el público vea películas latinas y que las películas reciban la atención que merecen de una audiencia más amplia.
“Ya no solamente es la historia del inmigrante que cruza a Estados Unidos” también “son historias de éxito, de empresarios, de todo tipo”, dice Góes.
This article was edited by Sarai Batallas and Abigail Turner. Copy editing done by Emilia Rodriguez.
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